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Los Pueblos Alemanes y su gente.
Irma Recosky de Herr, esposa de Benito, el histórico dirigente, Presidente y director técnico de Independiente de San José.

Habla emocionada de todo lo que el “Rojo” significaba para su marido.

Está por cumplirse un año, el 23 de septiembre, del sorpresivo fallecimiento de Benito Herr, justo en momentos donde el Club Independiente de Pueblo San José está desplegando los festejos centrales de su 75º aniversario, y la oportunidad es propicia para hablar con su esposa Irma en torno a lo que Independiente significó en la vida de Benito, y por ende de toda la familia.
Cuenta Irma, conteniendo las lágrimas que pugnan en subir por su garganta, que Independiente “era todo para Benito, significaba una parte muy importante, casi sustancial, en su vida, en su transitar diario”.
Llegó a ser socio vitalicio de la entidad, fue 12 años Presidente del Club de manera interrumpida, durante los cuales trabajó incansablemente para hacerlo crecer. Primero había sido jugador, de esos apasionados de los que cuando entran a la cancha convierten en gol una jugada favorable, muchas veces armando él mismo con una capacidad increíble la jugada completa que ponía dentro del arco contrario la pelota.
Iba todos los domingos a la cancha, hasta que comenzó a dedicarse a los caballos y por unos años, como coincidían los partidos de fútbol de la primera con las carreras, dejó de asistir.
Al regreso, en el año 1984, recuerda la esposa de Benito que un domingo, cuando volvió de la cancha, se mostraba desilusionado: Independiente tenía buenos jugadores en su rendimiento individual pero que como equipo no se veían funcionar y eso se reflejaba en resultados adversos en la cancha.
Debe haber mostrado bien su preocupación, haciendo cálculos de lo que debía hacerse, porque al año siguiente la Comisión Directiva le propuso lo que ya bullía en su interior: que se hiciera cargo de dirigir la primera.
Su señora Irma recuerda que “fue un director técnico muy querido por sus jugadores, a pesar que les hablaba a los muchachos con mucha fuerza”.
Les estaba dando indicaciones de cómo conectarse para funcionar en equipo. El resultado estuvo a la vista ese mismo año: Independiente se coronó campeón. Era el año 1985 y ese logro está fresco, intacto, en el recuerdo de todos los simpatizantes del club.
Benito fue una persona muy respetada y apreciada por la gente de Pueblo San José, porque trabajó con dedicación en muchas comisiones y porque siempre que pudo le dio una mano a quien la necesitaba.
En este aniversario de la institución deportiva su recuerdo está bien presente en la memoria de todos quienes conocieron su labor y hoy disfrutan de su esfuerzo y dedicación.

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