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Utilización de la energía en forma eficiente y responsable en la comunidad.
Parte 2 – Uso Racional de Energía en las instalaciones del Hogar..

Como se ha mencionado anteriormente, una parte importante de la matriz de consumo energético de la Argentina, esta destinada al consumo residencial.
En esta nota nos ocuparemos de tratar las diferentes formas y alternativas para un uso racional de la energía en las instalaciones más importantes del hogar.

En la Argentina el sector residencial consume el 28% del gas natural distribuido en redes, el 54% del gas natural licuado (garrafas y cilindros), y el 29% de electricidad generada.
En los años 70s se comentaba que las reservas Argentina de gas natural llegarían a 60 años de consumo, y actualmente basado en reservas comprobadas el horizonte se estima en 15 años, de no encontrarse y desarrollarse nuevos yacimientos.

En general, el consumo de energía de los hogares esta distribuido en 24% en instalaciones (ej. agua caliente, calefacción, aire acondicionado), 32% iluminación, 30% en electrodomésticos y el restante 14% en otros usos.
Sin embargo, este consumo hogareño depende en gran de medida de la zona del país dónde se encuentre la vivienda, así como de los materiales y la calidad de la construcción.

El clima es determinante, y por ello las zonas frías demandan un uso intensivo de la energía durante largos meses del año. Sin embargo, estas zonas frías tienen una densidad poblacional muy baja, y por consiguiente aunque su intensidad de consumo sea mayor que en los centros densamente poblados, el mayor consumo energético final se produce en los centros urbanos con mayor población.

En esta sección nos ocuparemos de comprender y mejorar el consumo de las instalaciones que se encuentran en los hogares.

Aislaciones

El consumo de energía de una vivienda que requiere ser calefaccionada o refrigerada según la época del año, dependerá en gran medida de su aislamiento térmico. Una vivienda mal aislada necesita mucha mayor energía para alcanzar el confort.

En las vivienda a ser construidas, se recomiendan cerramientos con doble vidrio e intercalar una lámina de material aislante (ej. poliuretano expandido) entre dos paredes de ladrillos, aportando un alto nivel de aislamiento que redundará en menores costos de energía para alcanzar el confort durante toda la vida útil del inmueble.

Una capa de 3 cm de poliuretano tiene la misma capacidad aislante que un muro de piedra de 1 metro de espesor.

En las viviendas ya construidas, hay otras formas de mejorar el aislamiento que son de relativo bajo costo y probada efectividad:

 Sellar con burletes todas las aberturas que dejan las hojas de puertas y ventanas.

 Colocar “peines” que reduzcan los espacios que dejan las cortinas de enrollar y las paredes de los taparrollos (adicionalmente, también se evita el anidamiento de pájaros y murciélagos).

 Se pueden mejorar el aislamiento de techos y entretechos colocando placas plásticas rígidas yo flexibles.

 Los marcos de ventanas suelen ser responsables de hasta el 35% de las pérdidas de calefacción de una vivienda. Por ello la calidad de estos cerramientos es fundamental.

 Los ventanales y puertas con doble cristal reducen a la mitad las pérdidas a través de ellas comparadas con los sistemas de cristal simple.

 Colocar sistemas de cerramientos aplicables a los conductos de ventilación de calefones y extractores de cocinas y baños hacia el exterior, ya que son una fuente de ingreso de aire frío o calor según la época del año.

Las pequeñas acciones sumadas pueden contribuir a economías de energía del orden del 30%.

Sistema de calefacción y refrigeración

En los hogares argentinos en su mayoría se utilizan equipos individuales, tanto fijos como móviles (ej. calefactores, estufas, caloventores, radiadores, equipos acondicionadores frío – calor, etc) y algunos de estas alternativas presentan un muy bajo rendimiento, y por consiguiente alto costos.

A continuación detallamos algunos consejos para mejorar la eficiencia de estos sistemas:

 No vivir en el interior de las viviendas en el verano con ropa de abrigo por el exceso de refrigeración, y en invierno con ropa ligera por exceso de calefacción.
Es apropiado vivir con una temperatura media de 20ºC en invierno, y una temperatura media de 25ºC en verano, y puede utilizarse termómetros ambientales para controlar estas temperaturas.

 Cierre las persianas y cortinas de todos los ambientes durante las noches que utilice calefacción.

 En cuanta abertura exterior sea posible, instalar cerramientos con doble vidrio. Si bien esta alternativa representa un costo inicial más elevado, se recupera la inversión por eficiencia energética en el corto plazo. Además, esta medida agrega confort, porque adicionalmente tiene un alto grado de atenuación de los ruidos provenientes del exterior.

 Ventilar los ambientes a primera hora de la mañana por tiempos breves (10 minutos son suficientes), para lo perder demasiado acondicionamiento interior y tener una renovación adecuada.

 Cuando se instalen radiadores de agua caliente, contrariamente a la practica habitual, no instalarlos frente a las ventas (en invierno, sus vidrios son los puntos más fríos del ambiente y el aire calefaccionado del radiador ascenderá perdiendo temperatura rápidamente contra el vidrio en lugar de difundir primero el calor en el ambiente).
Asimismo, purgue el sistema de radiadores una vez al año para eliminar el aire atrapado.

 Si la calefacción se hace con calderas individuales, hágala revisar una vez al año por personas competentes para verificar su funcionamiento y purgar el sistema.

 Si se colocan radiadores eléctricos, caloventores o estufas portátiles colocar detrás algún material reflectante (ej; ladrillo refractarios, chapa de aluminio, bronce, etc). Asimismo, nunca obstruir con muebles u objetos grandes, la libre circulación del aire (movimiento de convección) frente a estos aparatos.
Sin embargo, es importante aclarar que desde el punto de vista de eficiencia energética, estos aparatos no son los más aconsejables.

En las viviendas, hay áreas en las cuales hay mayor actividad durante las horas del día, en las que es aconsejable que haya mayor confort que en la zona de dormitorios. Esta manera de administrar energía en los hogares requiere de elementos de control de temperatura manuales o programables.

Los sistemas centralizados de loza radiante deben diseñarse contemplando la utilización de los ambientes y deben incorporar sistemas de control de temperatura manuales o programables según los horarios; caso contrario se corre el riesgo de calefaccionar todos los ambientes por igual sin necesidad, o bien encender el sistema en horarios dónde no se necesita alta calefacción, o también realizar la regulación a través de abrir y cerrar ventanas, entre otras consecuencias que no colaboran con la eficiencia del sistema.

Los movimientos del aire dentro de un ambiente climatizado son por convección, desplazándose el aire frío hacia los niveles inferiores debido a su mayor densidad y el aire caliente hacia los niveles superiores. Este movimiento del aire hace dificultosa y lenta la climatización de los ambientes si se considera la utilización de un solo equipo de calefacción / refrigeración para varios ambientes en simultaneo, y con lo cual también el consumo de energía de un solo equipo podría ser más elevado en comparación a utilizar varios equipos de menor potencia distribuidos.

Si bien la mayoría de los consejos apuntan a la calefacción del hogar, muchos de estos conceptos pueden adaptarse y seguirse para los sistemas de refrigeración del hogar en temporada de verano.

Sistema de agua caliente sanitaria

El agua caliente sanitaria es junto a la calefacción - refrigeración y a la cocina, uno de los elementos de mayor incidencia en los costos de la energía residencial.

El sistema de agua caliente sanitaria puede ser un sistema instantáneo o un sistema de acumulación.

En el sistema instantáneo (actualmente más difundido, por ejemplo calefones a gas), el principal inconveniente redunda en que hasta que el agua alcanza la temperatura deseada para su utilización, se desperdicia una buena cantidad de agua a temperaturas crecientes (aquí hay que considerar que también para el agua desperdiciada fue necesario utilizar energía para bombearla, purificarla, transportarla y tratarla).
Otra desventaja de este sistema es que cada vez que se necesita agua caliente el calefón debe encenderse, haciendo de ello una operación ineficiente y con daños al propio sistema.

Los sistemas de acumulación son generalmente de dos tipos: uno consiste en la utilización de una caldera que alimenta a un termoacumulador (pulmón) desde el cual se abastece agua para el consumo y el otro más difundido son los termotanques que utilizan gas natural o resistencias eléctricas para la calefacción del agua. Estos últimos con resistencias son poco recomendables.
La ventaja de estos equipos es que no es necesario re-encender cada vez que se usa agua caliente, sino cuando el nivel del tanque acumulador demanda la recarga de agua fría.

Las recomendaciones a tener en cuenta en los sistemas de agua caliente sanitaria son las siguientes:

 Es muy importante que tanto los acumuladores como las cañerías de distribución se encuentren bien aislados.

 Fijar la temperatura del agua de un termotanque a niveles de 30ºC a 40ºC, lo cual es suficiente para sentir una sensación de confort durante el aseo, careciendo de sentido calentar el agua a mayor temperatura para luego agregar agua fría para hacerla tolerable.

 Tener en cuenta que por una canilla domiciliaria totalmente abierta, fluyen aproximadamente 6 litros de agua por minuto, y en el caso de una ducha hasta 10 litros por minuto.

 Racionalizar el uso de agua. No dejar correr el agua mientras de afeita o cepilla los dientes. Lo mismo en la cocina cuando se lava la vajilla.

 Una ducha requiere unas 4 veces menos de agua que un baño de inmersión.

 Existen cabezales de ducha que permiten una dispersión fina del agua, reduciendo así la cantidad necesaria de la misma.

 No utilice la totalidad del agua de la mochila o tanque de los inodoros si no es necesario.

 Evitar los goteos de las canillas. En un mes una pérdida no reparada puede ser responsable de la pérdida de hasta 100 litros de agua.

En resumen, existen diversas medidas aplicables a las principales instalaciones del hogar (aislación; sistema de calefacción y refrigeración; y sistema de agua caliente sanitaria) que deben ser consideraras para alcanzar el uso racional de la energía.

Por otra parte, y a modo de completar las medidas presentadas, resulta necesario en cada oportunidad consultar a los profesionales especialistas, como por ejemplo ingenieros y arquitectos.

En una próxima nota a modo de continuación de la presente, analizaremos que sucede con la iluminación y con los distintos electrodomésticos que habitualmente utilizamos en el hogar, y que medidas podemos tomar para obtener un uso más eficiente de la energía en esos casos.


Ingeniero Mauricio Schamber, Mat. Profesional CIPBA 49859
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