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Padre Diego Kessler: “No le podemos dar el mínimo a Dios”.

“Dejémonos sorprender por el Señor, y que el disponga para cada uno lo que quiere de nosotros. No le exijamos nada, dejemos que obre su Voluntad”.

En estos días ha sido incesante el desfile de personas por la Parroquia de Coronel Suárez, los Pueblos Alemanes y Huanguelén, quienes se acercaron para participar de los oficios en el tiempo de Cuaresma, pero también para confesarse.
Consultado sobre el particular el padre Diego Kessler, dijo que “esto es bueno y es malo. Por un lado resulta positivo porque quiere decir que la gente tiene conciencia del pecado. Pero creo que muchas veces la confesión se toma como un simple pedido de disculpas y no como la necesidad profunda de sanear las cosas con Dios y con los hombres. Ahora mucha gente se acerca en estas fechas para cumplir con el precepto de confesarse una vez por año. Como una especie de mantenimiento. Y no le podemos dar el mínimo a Dios, estar conformes con una vez al año, por lo menos hay que pensar en dos o tres confesiones (un poquito más, mejor), porque hay que estar atentos a lo que Dios pide. Una vez en el año es una confesión de brocha gorda, hay que pensar en ir afinando el trazo para presentarle a Dios la delicadeza de las pequeñas grandes cosas”.
Dijo además que este tiempo de Cuaresma, “la comunidad católica de Coronel Suárez lo ha vivido con bastante intensidad, diariamente se ha rezado el Vía Crucis, y posterior Misa, no solamente en la Parroquia, sino también en las Capillas”.
En su mensaje final, invitó a los católicos de Coronel Suárez a descubrir en estos días, el valor del silencio, por lo que pidió que se tomarán unos minutos el viernes o el sábado y se detengan en la contemplación de Cristo en la Cruz. Porque en el silencio uno se encuentra con Dios o con uno mismo. Hay gente que está descentrada y desencontrada consigo mismo. Por eso es importante que cada uno se regale unos quince minutos, una media hora en el silencio expectante de la contemplación de Cristo en la Cruz”.

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