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Los comienzos de la afamada confitería “Las Delicias” datan de las primeras décadas del siglo XX. Alrededor de 1930 se constituye la firma Leone y Bastien, quienes llevan adelante el emprendimiento comercial que perduró por más de 20 años, conquistando una exquisita clientela atendida con sumo esmero.
Ya en 1955 compra el comercio la firma Segui Hnos. , Durand y Cía. quienes –recuerda Jorge “Fito” Segui- organizaban tertulias bailables con la animación, entre otras, de la Orquesta “Juvencia”.
“Las Delicias” es vendida por esta firma en 1957 a Adolfo Reynal e Hilario Bahl.
Adolfo “Chiche” Reynal, fue un hombre que trabajó mucho a favor del enriquecimiento de la historia de Coronel Suárez, a través de distintos emprendimientos, aunque uno de ellos nos dejó un recuerdo imborrable que quedó en las retinas de los suarenses para siempre. Este fue sin duda alguna, confitería “Las Delicias”, lugar de amplio espacio donde confluían personas de distintos niveles sociales para deleitarse con sus exquisiteces gastronómicas, jugar al billar, compartir café por medio una charla deportiva, política o alguna noticia que sacudía el espíritu pueblerino.
Un 19 de octubre de 1957, Adolfo “Chiche” Reynal decidió, junto a Hilario Bahl, adquirir el negocio de confitería “Las Delicias”, ubicada en Mitre 1265, entre el Cine Italia y la desaparecida tienda La Razón. Esta sociedad perduró durante cinco años, luego “Chiche” quedó solo frente al comercio.
En forma paralela Reynal siguió desarrollando su pasión por la Gastronomía prestando servicios en la ciudad y toda una amplia región.
Su primer servicio gastronómico fue en el Club Deportivo Sarmiento, luego del cual vendrían entre otros los pedidos de servicios de estancias como “La Legua”, “La Cascada” de Perkins, “Santa María” en La Colina, los famosos remates de Aberdeen Angus en Huanguelén, la firma Caderosso en Coronel Pringles, los remates de Ulises y Abel Carrafanq, en ese “tiempo especial” del paraje “San Eloy”, La Pampa y Hucal en Río Colorado. Fueron privilegiados de recibir la responsabilidad laboral y seriedad comercial de nuestro querido convecino.
En San Eloy, los turistas asombrados por lo que veían sacaban fotos de los especiales asados que por ese entonces estaban a cargo del recordado “Remolacha” González.
En el recuerdo y la nostalgia aparece la calidez en la atención de Abelito Aguilar, el gordo Avendaño, Alberto Hubert, el recordado Mario Goñi, José Manuel Novak, Carlos Acosta y entre otros Pedro Weiman, confitero que pasaría en 1959 a ser titular de un lugar muy singular, “El Buen Gusto”, desde donde proveyó sus exquisiteces a la barra de la confitería. Vecinos que integraron el personal de “Las Delicias” y que con afecto recordamos hoy a la distancia, como así mismo al señor Rubén Schwindt, que durante varios años nos brindó su especial atención.
Tiempo de recuerdos especiales: José Manuel Novak, quien desde el año 1967 hasta 1977, desempeñó sus tareas laborales allí, nos brindó algunos recuerdos y especiales anécdotas:
El vital testimonio señala que entre algunos postres a deleitar por nuestro paladar, estaba la copa helada “Delicia” que consistía en una base de durazno a la que se agregaba una bocha helada de chocolate y vainilla decorada con crema chantillí. Obleas y guindas en la parte superior y con la particularidad de ser servida en una copa muy bonita siendo muy requerida por los asiduos clientes de la confitería.
Inolvidables lecheros de esa época como Martín Bedacarratx y los hermanos Reynal, más algún otro, con sus carritos tirados por caballos llevaban el esencial alimento. No podía faltar el sodero Culotta de Casa Ferro. Todos ellos se encontraban a la misma hora de la mañana, muy temprano junto a los infaltables clientes.
Un movimiento muy grande se originaba con la afluencia del público al Cine Italia y al Cine Cervantes, sobre todo en los intervalos y al término de cada función donde la confitería se llenaba.
Además muchas tertulias bailables se realizaron e incluso famosos artistas actuaron en la Confitería “Las Delicias”; como lo hiciera Leonardo Favio, entre otros. Transcurría el verano del año 1969 y el cantante, en pleno apogeo de su éxito se lucía con su especial voz en “Fuiste mía un Verano”...
Emblema de la fantasía... Y aquí vamos a ahondar en la historia de un visitante ilustre para la confitería “Las Delicias”. En un sitio especial estaban ubicadas las mesas de billar donde se realizaban exhibiciones de gran despliegue y espectacularidad.
Aflora en el recuerdo la visita del campeón argentino, sudamericano y mundial de billar, Juan Navarra popularmente conocido como “Navarrita”, quien fue campeón mundial de carambola a tres bandas en 1956 y 1972, éste último ganado al mexicano Gabriel Fernández en el país azteca. Víctima de una insuficiencia cardíaca, el 28 de julio de 2000 a los 85 años falleció Juan Navarra, un símbolo del billar.
Miembro fundamental de una dinastía de billaristas, Juan Navarra había nacido en Liniers el 14 de diciembre de 1914 y junto con sus hermanos, Enrique y Ezequiel, fue un continuador de la pasión que les inculcó su padre, don Ezequiel Navarra.
“Navarrita” con tan sólo 7 años “se encontró” con la actividad que marcaría el resto de su vida, tirando tacazos en el billar del bar de su padre. A los 15 años, en una exhibición de carambola libre, realizó una bolada de 1000 carambolas; y a los 20 hizo 552 conversiones seguidas al cuadro 47 / 2.
Otro sitio destacado dentro de la confitería “Las Delicias” fue la “mesa de radio”, por medio de la cual muchos clientes escuchaban las peleas boxísticas que se desarrollaban en el Luna Park y los partidos de fútbol profesional de los domingos.
Volviendo atrás las agujas del tiempo, por medio un café cortado chico o doble y las medialunas “calentitas”, son recordadas las charlas mañaneras de caracterizados convecinos como don José Ferro, Arturo Jovell, Amadeo Garate junto a “Toto” Anzorena y el gallego Dema polemizando sobre fútbol o política. Allí también estaban vecinos como Pagouape, Carlos Molina, Alfonso Paleo, don Guillermo Estrada, el “mono” Blasco, Carlos del Bono, “Tito” Ger, Martín Subiza, Migliavaca, Mario Alvarez, Bauer, los hermanos Faure, Castagnari, Lang, el “Flaco” Indart y el “Indio” Indart, por citar a algunos de los muchos personajes que dejaron recuerdos y afectos irrenunciables hacia un lugar clásico de encuentros.
¡Qué tiempos aquellos!: Los sábados en “Las Delicias” eran especiales, pues se llevaban a cabo los tradicionales bailes, que no empezaban a las 2 o 3 de la madrugada como es costumbre hoy. Alrededor de las 22 horas el sonar de los acordes de “Los Jokers” con la voz del “negro” Héctor Hoffman o vibrando con la música de “Los Electrónicos” en la voz de Emilio Sánchez, indicaban que la fiesta estaba por comenzar.. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Cuántas parejas se formaron a través de dichos bailes!.
¿Recuerdan aquellos especiales carnavales a principios de los setenta?, en los cuales era una lucha titánica caminar por calle Mitre, momentos de tal concurrencia de vecinos que participaban con sus coloridos disfraces y las más variadas carrozas, todos esperando ser ganadores de los premios que se otorgaban, donde no podía estar ausente el papel picado y las serpentinas y después de las doce aparecían los pomos y más tarde la novedosa espuma.. Entonces era hora de retirarse de todos los que no estaban dispuestos a jugar al carnaval. El último día, la quema del “Rey Momo”, tan esperado por chicos y grandes, lo que hacia imposible conseguir una mesa libre en la vereda de la recordada confitería. Estas se acomodaban desde el Cine Italia hasta la Farmacia “del Pueblo”, de Richiardi y Monen, doblando la esquina de Brandsen y en doble fila (borde de la vereda y al lado de la pared) .
Llegaba el día de nuestra fiesta ciudadana - 6 de Agosto- y la calle Mitre se volvía a llenar de gente que venía a disfrutar del desfile y al culminar éste, había que esperar turno por una mesa cerca de la vidriera para degustar un submarino con ricas masas...
La famosa confitería “Las Delicias” pasaría a formar parte del patrimonio del recuerdo colectivo un 19 de octubre pero de 1986, cuando sus puertas cerraron definitivamente en una decisión dolorosa pero pensada profundamente por Adolfo Reynal.
Allí quedaron “encerradas” las nostálgicas anécdotas, en que el camión del “Nene” Eliscovich partía desde “Las Delicias” hacía la Estancia “La Inés” de Olariaga, en donde, bajo las instrucciones precisas de nuestro querido “Chiche” prácticamente se atendieron todas las fiestas de casamientos de la familia...
“Chiche” Reynal siguió vinculado en el rubro gastronómico desde la esquina de Lamadrid y Rivadavia, atendiendo a su clientela, en un moderno local, equipado con aire acondicionado y calefacción denominada “La Casa de las Fiestas”, que en la actualidad continúa su tradicional trayectoria a través de sus hijas. Adolfo “Chiche” Reynal, falleció el 3 de abril de 1998 a los 69 años de edad.
Adolfo “Chiche” Reynal dejó su ejemplo de trabajo y atención especial con su responsable exigencia, no solamente para con su equipo personal, sino para con el mismo, pues él se ponía al frente para que muchas generaciones de personas disfrutasen una noche inolvidable...
Para todos aquellos que vivimos esas épocas, donde gozar de las pequeñas cosas era motivo de alegría, no podía faltar en nuestra memoria la reconocida confitería “Las Delicias”.
Historia del libro “Los latidos del sentimiento”, Junio – 2007. Jorge A. Dukuen
www.latidosdelsentimiento.blogspot.com

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